La anatomía estándar dicta que los labios menores deben quedar completamente cubiertos por los mayores, no sobrepasando el margen externo de éstos. Cuando sobresalen, más allá del condicionante estético, se generan molestias por el roce con la ropa, al realizar esfuerzos, practicar deporte… y, con el tiempo, pueden acabar produciendo incremento de ciertos problemas como aumento de la incidencia de infecciones de orina, vaginales, etc.
Dada su naturaleza, no están estructuralmente preparados para encontrarse desprotegidos, por eso, como respuesta fisiológica a los traumatismos repetidos, se cubren de queratina. Los labios menores hipertrofiados van adquiriendo una apariencia agrietada y negruzca, confiriéndoles un aspecto envejecido y antiestético que suele acomplejar a la mujer que lo sufre.
Además, es muy habitual que esta hipertrofia sea molesta tanto durante las relaciones sexuales como en la higiene personal e íntima de las pacientes.
La ninfoplastía es la técnica destinada a reducir el tamaño de los labios menores. La ninfoplastía no sólo se realiza por cuestiones estéticas, sino también por razones funcionales.